Fooled by the night

Después de la gran ceremonia regresó por fin a casa, cansado y sin motivación alguna. Con las pocas fuerzas que le quedaban, fue directo a la cocina y sacó su reserva especial de vino y se tumbó en su sillón favorito frente a la chimenea.

¿Quién lo diría? el campeón de Hoenn, sin duda que Wallace había hecho un gran asenso en su carrera como entrenador y coordinador pokemon. Durante lo que duró la ceremonia, Steven no dejaba de hablar de las grandes cualidades de su buen amigo mientras que el resto de los líderes de gimnasio gritaban al unísono un gran hurra por su logro…

Todos menos ella…

Una hora atrás ella se daba la vuelta, no deseaba ver esa escena. Él bajaba del palco y la tomaba del brazo.

«No voy a dejarte, no para bien, yo sé que eres la indicada»

«Eres un tonto»

«Soy tu tonto»

Ahora lo único que le quedaba era la botella y el corazón vacíos mientras perdía su mirada en la flama que ardía intensamente. Se sentía como todo un idiota, engañado por la noche, como aquella vez que la conoció. El movimiento de la flama se congeló.

Y sólo veía…

El firmamento brilla en todo su esplendor mientras el entrena junto a su milotic hasta que algo le tapa la luz de la luna, ¿Sería alguna nubecilla nocturna?. Alza la mirada. Ella desciende como un ángel de su altaria; su pelo ondea al ritmo del viento, al compás del sonido de la ciudad del corazón viviente.

Se presentan, que curiosidad… ambos son líderes de gimnasio, después de todo habían sido convocados a la asamblea de Hoenn.

Los pokemons salvajes cantan a la luna, él se encuentra resguardado de ellos en la comodidad de su hogar, pero no a salvo de sus recuerdos, su soledad y aquel veneno que lo acompañaría hasta que las visiones cesaran…

Él las observa…

Toma la nueva mano, no se conocen por apellido, pero no lo necesitan, tampoco conocen la angustia o el dolor mientras no se suelten.

El mira los entrenamientos, observa como dan todo de sí en un combate que esta muy cerrado entre su milotic y altaria y el choque de los poderes de ambos pokemons crea una enorme ráfaga de viento y su hermoso pelo ondea, más tarde sería su mano quien navegaría en aquel mar de hilos violeta.

La flama recupera nuevamente su movimiento y los recuerdos pasan más aceleradamente…

Puso la música correcta
Aquel sonido la llevó a extraviarse en él
Tocándola como debía
Dirigiéndola a un tobellino de pasión

Moviéndose a través de su tangente
Sin poder respirar, sin poder hablar
Cayendo en la lujuria por accidente
A veces el tiempo parecía detenerse…

En aquel vació ajeno de todo tiempo y espacio, él lloraba sin control, parecía estar despertando de una pesadilla sin el confort de poder abrir los ojos y verla mientras ella le decía a oído «tranquilo, todo estará bien». Necesitaba algo para matar ese maldito dolor.

¿Debería seguir bebiendo el veneno?

Lo más doloroso vino con la segunda botella, nuevamente las llamas le mostraban todo aquello que no deseaba ver…

Su ego creciente con cada victoria que acumulaba en su gimnasio…

Su vanidad cristalizada en cada listón que ganaba en los concurso, su nueva pasión…

El rostro de tristeza de su amada al oír la frase «será mas tarde, el público me alaba»

Y ella… yéndose tras el anuncio de Steven declarándolo su sucesor.

Despertó poco antes del alba, algo de aire fresco le vendría bien. Salió al balcón y contempló en paisaje:  Tan bello como el día que se conocieron. Y en aquel cielo, una pequeña nube le servía de vestido de gala a la dama de la noche.

Tal vez ella estuviera más cerca y el no lo sabría.

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